MODULO 1B: PATRIA GRANDE

Presentación: Latinoamérica atraviesa un momento histórico de cambios que comienzan a dejar atrás la hegemonía neoliberal. Este proceso se expresa con claridad en el avance hacia la conformación de un bloque de poder latinoamericano que propone una nueva correlación de fuerzas frente al imperialismo y una reposicionamiento político fundado en la dignidad y en la soberanía nacional y en la capacidad de los pueblos de gestar rumbos propios frente a los modelos impuestos desde los centros de poder imperial. En este módulo intentaremos analizar algunos de esos procesos nacionales, los cuales como dijimos, se entroncan a nivel continental, convergiendo en las ideas de “Unidad, Independencia y Justicia Social”. Unidad continental para derrotar al imperialismo, lograr la autonomía de todo poder extranjero, depositar la soberanía en los pueblos y fundar una sociedad más igualitaria. VENEZUELA Y LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA Venezuela A principios del siglo XX, Venezuela inició la producción industrial de la mano del petróleo. Tiene la sexta reserva de crudo liviano más importante del mundo y las reservas de crudo extra-pesado más grandes del planeta. Además de hidrocarburos el país cuenta con yacimientos de hierro, bauxita, manganeso, tungsteno, oro, diamantes y cromo. Las principales industrias se ubican en petroquímica, refinación de petróleo, acero, aluminio, cemento, materiales de construcción, alimentación, textil y autopartes. Primero los ingleses, luego los norteamericanos, las empresas petroleras extranjeras expoliaron al país durante casi un siglo. Pese a la medida de nacionalización producida durante uno de los gobiernos del socialdemócrata Carlos Andrés Pérez, la renta petrolera siguió fugándose al exterior y dejando beneficios sólo a la nueva clase política dirigente: la partidocracia. Tras la caída de la dictadura de Pérez Jiménez en 1958, los partidos políticos tradicionales, ADECO (socialdemócratas) y COPEI (socialcristianos) firmaron un acuerdo que institucionalizó la alternancia en el poder de estas dos fuerzas. Una oligarquía mezquina constituida por la partidocracia y los grandes capitales llevó en pocos años a Venezuela al colapso. Con las recetas neoliberales todos los males se acentuaron. Mientras un sector minúsculo de la población disfrutaba sus rentas en Estados Unidos y dilapidaba sus recursos en lujo y consumismo, la inmensa mayoría del pueblo padecía el horror del hambre y la miseria. En ese contexto aparece la figura del comandante Chávez. El Movimiento Bolivariano Revolucionario En los años 60 se produjo una frustrada experiencia guerrillera. Otros intentos de lucha contra el orden establecido se dieron desde las fuerzas armadas: el Porteñazo y el Capuanazo fueron levantamientos de militares revolucionarios que no alcanzaron a recibir el apoyo popular necesario para obtener el triunfo. Pero el momento más importante de las luchas contra la partidocracia fue la pueblada conocida con el nombre de Caracazo, en febrero de 1989. Allí, las masas desposeídas de la capital irrumpieron insurreccionalmente, siendo aplastadas a sangre y fuego y dejando un saldo de varios miles de muertos. El 4 de febrero de 1992, se produce otro levantamiento militar, como extensión del Caracazo, pero esta vez conducido por el Movimiento Bolivariano Revolucionario. Si el Caracazo había fracasado por falta de conducción política y un divorcio elocuente con quienes detentaban las armas, el movimiento del 4 de febrero fracasa por la falta de apoyo civil y el divorcio con el movimiento de masas. El frente cívico-militar comenzaba a configurarse en base a la experiencia reciente y sobre un eje doctrinario sustentado por la ideología de los jóvenes oficiales: soberanía, justicia social, moral revolucionaria, unidad de Nuestra América, enseñanza pública, felicidad del pueblo, ejército popular y democracia participativas son los elementos fundamentales que conforman el ideal revolucionario del movimiento bolivariano. Las corrientes ideológicas que alimentan ese ideal son: el cristianismo del Jesús de los pobres, el nacionalismo revolucionario tercermundista y el marxismo latinoamericano. La Quinta República Salido Chávez de la cárcel, él y sus camaradas de armas se abocan a la construcción del partido político, el Movimiento Quinta República, que le permitirá ganar las elecciones presidenciales en diciembre de 1998. Ningún proceso de transformaciones profundas se puede realizar bajo un orden constituido que generar un cepo legal al intento de cambio. La Constitución de 1961 era incompatible con la refundación de una nueva república. En un proceso tremendo de movilización popular, en el plazo de un año, se sepultó la vieja Constitución y se dio nacimiento a una nueva, que fue aprobada en referéndum por la mayoría del pueblo venezolano el 15 de diciembre de 1999. En julio de 2000 las autoridades fueron elegidas de acuerdo a las nuevas leyes de la República Bolivariana de Venezuela. Remoción de jueces corruptos, entrega de tierras a los desposeídos, ejército en la calle construyendo y refaccionando carreteras, escuelas y hospitales, eliminación del latifundio, baja de los impuestos a los artículos de primera necesidad, implantación de las escuelas bolivarianas, impulso al cooperativismo, defensa irrestricta de la soberanía territorial ante las pretensiones norteamericanas, reformulación de la OPEP para la defensa del precio del petróleo, activa solidaridad con Cuba, intermediación para alcanzar la paz en el conflicto colombiano, son muchas de las medidas que van caracterizando al gobierno de Chávez como un gobierno que avanza hacia logros mayores. La Revolución Bolivariana se afirma centralmente sobre cuatro pilares: democracia inclusiva y participativa; gobierno popular frente al gobierno de las elites; una economía solidaria frente a la economía de acumulación capitalista; y la recuperación de la soberanía sobre los recursos nacionales para el desarrollo social y humano sustentable. El poder económico, los partidos de derecha y los medios de comunicación no dejaron de provocar la desestabilización del proceso político encabezado por Chávez, esto condujo al golpe de Estado del 11 de abril de 2002. Sin embargo, la movilización del pueblo y las fuerzas armadas permitieron recuperar el gobierno y la democracia. En agosto de 2004, la mayoría del pueblo venezolano refrendó su voluntad revolucionaria, al relegitimar a Chávez como Presidente. A partir de entonces se abrió una nueva fase de profundización de la Revolución Bolivariana, en la cual juegan un rol fundamental las Misiones Sociales, orientadas a saldar la enorme deuda social arrastrada luego de décadas de despilfarro y exclusión social, y a construir el nuevo Estado social revolucionario. Se trata de un modelo revolucionario de políticas públicas que conjuga la agilización de los procesos estatales con la participación directa del pueblo en su gestión, que hasta el momento han permitido la alfabetización de más de un millón 300 mil venezolanos, el acceso a la educación primaria, secundaria y superior de casi dos millones más, el acceso a la salud primaria de 17 millones, favorecer la seguridad alimentaria de las comunidades y el impulso de la reforma agraria integral. “Recién comenzamos, todo está por hacerse. Los enemigos son muchos y poderosos pero saben que el pueblo está firme con la revolución bolivariana.” dice el presidente Chávez. BOLIVIA, EL MOVIMIENTO INDÍGENA Y LOS HIDROCARBUROS Bolivia En diciembre de 2005 el Movimiento al Socialismo (MAS) se impuso en los comicios presidenciales con el 54% de los votos, convirtiendo a Evo Morales en el primer presidente indígena de Bolivia. El país tiene una población de 9,3 millones de habitantes, un 60% de los cuales son precisamente de origen indígena, y se asienta sobre 108 billones de metros cúbicos de gas natural, 40.000 millones de toneladas de hierro, 10.000 millones de toneladas de magnesio y otros importantes yacimientos minerales, Fue justamente el MAS la fuerza política que condujo gran parte de las violentas protestas sociales ocurridas en Bolivia en los primeros años del siglo XXI, reclamando principalmente la recuperación de la propiedad estatal plena sobre el gas y otros hidrocarburos, dados en concesión a empresas transnacionales durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada (1993 a 1997). Morales ya se había puesto a tiro de la primera magistratura del país andino en 2002, cuando perdió la presidencia a manos del acaudalado empresario Gonzalo Sánchez de Lozada, quien en octubre de 2003 se vio obligado a renunciar ante la insurrección popular desatada por la decisión de su gobierno de que el gas de Tarija fuera explotado por un consorcio internacional. El gobierno de Evo Morales En dos años, Morales nacionalizó los hidrocarburos, puso en marcha una nueva reforma agraria que privilegia a los pequeños productores campesinos sobre los agroempresarios, creó rentas para niños y ancianos, e inició el proceso refundacional de Bolivia mediante una nueva Constitución. En palabras de Evo: “Propiciamos la construcción de un Estado fuerte, que articule equilibradamente las tres plataformas económico-productivas que conviven en Bolivia: la comunitaria, la familiar y la moderna-industrial. Se trata de transferir parte del excedente de los hidrocarburos nacionalizados para propiciar formas de autoorganización, autogestión y de desarrollo mercantil propiamente andino y amazónico. Hasta ahora estos sectores "tradicionales" fueron subsumidos por el moderno-industrial que acaparó los excedentes. La idea es que estos sectores tengan soporte económico, acceso a insumos y a mercados, que generen en su proceso económico artesanal y familiar procesos de bienestar. Bolivia seguirá siendo capitalista en los próximos 50 o 100 años. Las experiencias de los últimos años muestran los límites comunitaristas del actual movimiento social; fue más fácil echar a las transnacionales (como la de agua en Cochabamba en el año 2000) que poner en pie y gestionar nuevas empresas. Pero, en todo caso, estas experiencias permiten pensar en una revolución política, en el sentido marxista del término, que en el caso boliviano se refiere a la descolonización del Estado.” El cambio constitucional fue adoptado por una asamblea dominada por el gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) en ausencia voluntaria de gran parte de la oposición. Morales presentó el nuevo texto fundamental el pasado 15 de diciembre en una gran concentración en La Paz, el mismo día que los prefectos opositores de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, declaraban en franco desafío sus respectivas autonomías. La confrontación llegó a su punto más alto a fines del 2007, cuando Morales planteó que tanto él como los nueve prefectos se sometan a referendos revocatorios simultáneos. ECUADOR, LOS MOVIMIENTOS INDÍGENAS Y EL NUEVO GOBIERNO DE RAFAEL CORREA A partir de 1983 Ecuador sufrió la implementación de los programas de ajuste y el modelo neoliberal a partir de gobiernos que se alinearon con el denominado “Consenso de Washington”. En enero de 2000 se adoptó la dolarización de la economía ecuatoriana, como respuesta a una grave crisis bancaria originada en la liberalización financiera operada en los años 90 y gracias al poder político de los banqueros para traspasar el peso de la crisis al Estado. En 1997 se produjo la caída del presidente Bucaram frente a las movilizaciones sociales. El proceso de movilizaciones indígenas continuó, encabezado por la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador). El 21 de enero de 2000 se produjo un alzamiento que involucró a gran parte de la sociedad ecuatoriana, y que derrocó al presidente demócratacristiano Jamil Mahuad. El país enfrentaba una grave crisis económica, producto de las políticas fondomonetaristas aplicadas. Fue en ese contexto donde el coronel Lucio Gutiérrez hizo su aparición, apoyando el alzamiento rebelde. Allí se gestó la alianza de Pachakutik (brazo electoral de la CONAIE) y Lucio Gutiérrez. En 2002, Lucio Gutiérrez pasó primero a la segunda vuelta, y ganó las elecciones gracias al apoyo del movimiento indígena, porque representaba simbólicamente la unidad indígena-militar que se dio en enero de 2000. Sin embargo, una vez en el gobierno, Gutiérrez traicionó sus promesas, alineándose con los centros de poder. En enero de 2003 Pachakutik se retiró del gobierno. Gutiérrez finalmente cayó ante la movilización popular en 2005. En las elecciones de 2006 se impuso Rafael Correa, luego de triunfar en la segunda vuelta sobre el magnate bananero Álvaro Noboa. Un factor decisivo fue el apoyo del movimiento indígena, el mayor y más importante movimiento social del país. El primero de sus cuatro años de gobierno ha estado políticamente marcado por confrontaciones con los grupos tradicionales de poder y medios de comunicación, y en la parte económica, con la banca y organizaciones empresariales. Antineoliberalismo en la economía, ciudadanía en la política y patriotismo en la ideología son los ejes de la acción de gobierno. En la economía está un fuerte discurso que proclama el control sobre el mercado, el reposicionamiento del Estado, afectar los intereses de los grupos financieros y oligárquicos, limitar las ganancias de las transnacionales y castigar la volatilidad de los “capitales golondrinas”, la promoción de una integración sudamericana que vaya mas allá de los ámbitos comerciales, que avance hacia un banco del sur y una moneda común. También cabe mencionar la consolidación de políticas económicas dirigidas a sectores populares: duplicación del bono solidario, bono para la vivienda, reducción de tarifas en la energía eléctrica, programa alimentario incorporando producción nacional. Defensor del “socialismo del siglo XXI”, el mayor triunfo político de Correa en su primer año fue el establecimiento de la Asamblea Constituyente, para lo que se enfrentó a un Parlamento en el que no tenía diputados pues no presentó candidaturas para las legislativas. La Asamblea, de plenos poderes para redactar una nueva Constitución, en la que el movimiento gobernante Alianza País tiene mayoría, eliminó del panorama político al Parlamento, al declarar en noviembre pasado en receso indefinido y sin sueldo a los diputados. Correa se apuntó otro triunfo al aprobar la Asamblea su proyecto de Ley Tributaria, que obliga a pagar más impuestos a quienes más tienen y cuya legalidad cuestiona la oposición por considerar que ese foro no fue elegido para legislar. En 2007 Ecuador retornó a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). A sus críticas a los organismos financieros multilaterales, a los que responsabiliza de la “larga noche neoliberal”, Correa sumó su participación en la formación del Banco del Sur y en el proceso de constitución de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur). CUBA Y LA REVOLUCION SOCIALISTA El 26 de julio de 1953 un grupo de jóvenes con Fidel Castro al frente, atacó en Santiago de Cuba, en el oriente del país, el Cuartel Moncada, segunda fortaleza militar cubana, con el objetivo de armar al pueblo e iniciar una insurrección general. El asalto terminó en derrota militar y Fidel Castro y los asaltantes sobrevivientes fueron condenados a prisión, pero una fuerte campaña popular consiguió la amnistía de los prisioneros, quienes se exiliaron en México en 1955. En México, Fidel Castro organizó a sus compañeros del ataque al cuartel Moncada y a otros revolucionarios que se le unieron, entre ellos el argentino Ernesto “Che” Guevara. Salió del puerto mexicano de Tuxpan hacia Cuba a bordo del yate “Granma” y desembarcó el 2 de diciembre de 1956 por la playa Las Coloradas, al sur de la región oriental, reiniciando la lucha armada, esta vez como guerrilleros en las montañas de la Sierra Maestra. Al mismo tiempo se organizó en todo el país la lucha clandestina. El primero de enero de 1959, el dictador Fulgencio Batista, definitivamente derrotado por las fuerzas revolucionarias comandadas por Fidel Castro, abandonó Cuba. Había triunfado la Revolución Cubana. El 7 de febrero de 1959 se restauró la Constitución de 1940, al aprobarse la Ley Fundamental de la República, a la cual introdujeron los cambios correspondientes a la nueva situación del país. Tomó posesión el presidente Manuel Urrutia Lleó y Fidel asumió el cargo de Primer Ministro. Posteriormente se produjo la intervención de la Cuban Telephone Company, la Cooperativa de Ómnibus Aliados y de Ómnibus Metropolitanos y se firmó la Ley de Reforma Agraria. La contrarrevolución se organizó desde República Dominicana y Estados Unidos, a donde huyeron numerosos criminales y políticos batistianos. Comenzaba así la otra guerra, una guerra más solapada, más sucia. Las montañas del centro y occidente del país se llenaron de bandidos armados y financiados por la contrarrevolución exiliada en los Estados Unidos y luego ocurrió la Invasión por Playa Girón, donde participaron aviones del Ejército Norteamericano y fuerzas contrarrevolucionarias entrenadas por especialistas yankis. Obreros, campesinos y estudiantes, integrantes de las Milicias Nacionales Revolucionarias y los Comités de Defensa de la Revolución tomaron las armas y derrotaron a los invasores en 72 horas. El enfrentamiento con los Estados Unidos fue permanente, y al desaparecer el campo socialista en el este de Europa, y la URSS al borde de la desintegración, el Gobierno estadounidense entendió que había llegado el momento de iniciar, en 1990, una nueva fase del bloqueo económico contra Cuba. A lo largo de todos estos años la batalla ha continuado. Cuba enfrenta atentados, sabotajes, un bloqueo económico terrible y cada vez más novedosas formas de agresión, incluyendo campañas contra el país a través de todos los medios. A pesar de esto el gobierno revolucionario inició un programa socialista para el desarrollo nacional, a la vez que impulsó un profundo programa de desarrollo social que ha hecho de Cuba el país de mayores niveles de justicia social de todo el Tercer Mundo. Se destacan en este programa los altísimos logros de la salud pública en la que Cuba aspira a ser una potencia mundial; en la educación, gratuita a todos los niveles y obligatoria hasta la enseñanza media; en el deporte, donde obtiene los primeros lugares de los Juegos Panamericanos y en las Olimpíadas; y en la cultura, a la que acceden todos los cubanos. Conclusiones: El fracaso del proyecto neoliberal a fines de los 90 condujo en gran parte de los países de la región hacia una etapa de transición hacia nuevos modelos de desarrollo con creciente autonomía de los centros mundiales de poder y grados mayores de regulación estatal. Los pueblos del sur del continente americano están volviendo a ponerse de pie, tras largos años de luchas populares que fueron modificando la correlación de fuerzas y pusieron en crisis el modelo de dependencia. De esta manera, el proceso político que vivimos en nuestro país se enmarca en una nueva ola de gobiernos populares: Venezuela y la Revolución Bolivariana, Bolivia y el MAS, Brasil y el Partido de los Trabajadores, Uruguay y el Frente Amplio, y el más reciente acceso al gobierno de Rafael Correa en Ecuador con un fuerte apoyo de los movimientos indígenas. Otros procesos que se enlazan con los anteriores pero desde sus particularidades nacionales son la Revolución Cubana resistiendo al imperialismo yanki con la fuerza de un pueblo unido y organizado y el liderazgo de Fidel Castro; y las FARC y el ELN en Colombia enfrentando militarmente al imperio desde hace más de 40 años. La derrota del neoliberalismo y la transición hacia nuevos modelos de desarrollo plantea nuevos desafíos al campo nacional y popular latinoamericano: la necesidad de fortalecer un Estado activo, fuerzas armadas con una orientación nacional, sindicatos y organizaciones populares organizando y movilizando al pueblo trabajador desde la unidad en la diversidad, la recuperación de la soberanía sobre los recursos estratégicos, la construcción de una democracia participativa y la justa redistribución de las riquezas. Son algunos de los principales grandes ejes de debate, construcción política y lucha social que atraviesan la región.